martes, 8 de julio de 2008

Los Campos Mórficos

Rupert Sheldrake, biólogo británico propuso a principios de los 1980s la idea de los campos morfogenéticos (o mórficos) que explicaría como los organismos adoptan su formas y comportamientos característicos. “Morfo viene de la palabra griega morphe, que significa forma.
Los campos morfogenéticos son campos de forma; campos, patrones o estructuras de orden. Estos campos organizan no sólo los campos de organismos vivos sino también de cristales y moléculas. Cada tipo de molécula, cada proteína por ejemplo, tiene su propio campo mórfico. De igual manera cada tipo de cristal, cada tipo de organismo, cada tipo de instinto o patrón de comportamiento tiene su campo mórfico. Estos campos son los que ordenan la naturaleza. Hay muchos tipos de campos porque hay muchos tipos de cosas y patrones en la naturaleza...” (Sheldrake).
Esta hipótesis también conocida como de la "Causación Formativa", hace énfasis en que la memoria es inherente a la naturaleza. Los campos mórficos, como al igual que los campos tradicionalmente conocidos en la física, son regiones materiales de influencia que actúan a través del tiempo y del espacio. Se localizan tanto en los sistemas que organizan como a su alrededor. Son patrones organizados de influencias potenciales, y pueden volver a aparecer físicamente en otro tiempo y lugar, en el momento y lugar en que las condiciones físicas sean adecuadas, contienen una especie de memoria acumulativa y tienden a ser cada vez más habituales (Sheldrake, 1990: 16). Esta idea permite ver el funcionamiento de la memoria individual, la herencia de los instintos, las capacidades de conducta como aspectos diferentes de un mismo fenómeno. Todos dependen de la resonancia mórfica, pero el funcionamiento de la memoria individual es más específico que la herencia de instintos y conductas. La memoria, las capacidades individuales de aprendizaje operan contra el fondo de una memoria colectiva heredada por la resonancia mórfica de los miembros anteriores de la especie. En el reino humano, un concepto de este tipo ya aparece en la teoría junguiana del inconsciente colectivo como memoria colectiva heredada.
La hipótesis de la resonancia mórfica permite considerar el inconsciente colectivo no sólo como un fenómeno humano sino como un aspecto de un proceso más general, en virtud del cual los hábitos se heredan en todo el mundo natural (Sheldrake,1994:129).Sheldrake sostiene la idea de que las mentes de todos los individuos de una especie; incluido el hombre; se encuentran unidas y formando parte de un mismo campo mental planetario. Ese campo mental afectaría a las mentes de los individuos, y las mentes de estos también afectarían al campo."Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman", afirma Sheldrake.
De este modo si un individuo de una especie animal aprende una nueva habilidad, les será más fácil aprenderla a todos los individuos de dicha especie, porque la habilidad "resuena" en cada uno, sin importar la distancia a la que se encuentre. Y cuantos más individuos la aprendan, tanto más fácil y rápido les resultará al resto.
La teoría Mórfica sostiene que la mente no es tan sólo la actividad del cerebro, sino que éste es más bien el sustrato físico a través del cual se puede manifestar la mente.A su vez todos incorporarán su habilidad a la memoria colectiva de su especie, engrosándola e incrementando así su influencia. Eso explicaría un gran número de procesos que se dan en la naturaleza que aunque cotidianos, distan mucho de ser explicados. Un ejemplo es la evolución de determinados animales que aunque se han desarrollado en continentes diferentes durante millones de años, poseen características similares.
También la hipótesis explicaría cómo adquieren los animales sus instintos, incluidas las complejísimas habilidades que muestran muchos ya de recién nacidos. "Cada vez debería resultar más fácil aprender a ir en bicicleta, a conducir un automóvil, a tocar el piano o a utilizar una máquina de escribir, a causa de la resonancia mórfica acumulada por la gran cantidad de gente que ya ha adquirido esas habilidades".
En el terreno ético las implicaciones tendrían la misma dimensión: "de acuerdo con la resonancia mórfica, nuestras ideas y actitudes pueden influir a distancia sobre otras personas sin que ni ellas ni nosotros lo sepamos". Sheldrake afirma que la mente no se encuentra confinada en el cerebro sino que se extiende hacia el mundo que le rodea. Esa proyección mental afectaría e influiría en el mundo y a su vez sería influido por él.
De acuerdo a esta teoría las imágenes que tenemos de las cosas no se formarían en la cabeza, sino que estarían justo donde parecen estar. Al observar un objeto, su imagen no se habría formado dentro del cerebro, sino que nuestra mente se estaría expandiendo literalmente hacia el objeto formando una imagen justo donde este se encuentra. Nuestras mentes se extienden para "tocar" lo que miramos o lo que pensamos, es decir, se extienden hacia personas, lugares y cosas por nuestras necesidades, deseos, odios, ambiciones, etc. La consecuencia es que deberíamos ser capaces de afectar a las cosas sólo con mirarlas o pensar en ellas.
No está por demás decir que es una teoría considerada como revolucionaria y que ha ganado muchos simpatizantes aún dentro de la misma comunidad científica, ya que explica e inclusive predice muchos fenómenos catalogados como paranormales (telepatía, intuición, premonición etc.), que no han podido ser explicados por nuestra ciencia convencional. Es interesante anotar que tanto Sheldrake como investigadores a título personal y ciertas Universidades han hecho experimentos que sustentan esta teoría.La Revista Nature muy conocida por mantener una línea editorial muy apegada a la comunidad científica ortodoxa, calificó dicha teoría de verdadera herejía científica digna de ser quemada.
Tampoco podemos olvidar que la ortodoxia venga de dónde venga tiene un carácter conservativo y por ende reluctante a cambios drásticos o revolucionarios a como lo puede ser la teoría de los campos mórficos.Creo que sobre esta teoría giran una serie de deformaciones conceptuales que le están restando el valor que indudablemente tiene. La importancia de conceptualizar una teoría; que implica necesariamente una definición metodológica precisa, no está en el entrar a un debate filosófico para probar si sus instrumentos son los adecuados o no, a la fecha ningún método a demostrado ser Omnipotente, sino más bien explorar las posibles debilidades intrínsecas.
La primera es en la definición de calidades, se ha dicho que es una teoría holística, inspirada en la teoría sistémica. No es correcto aún cuando la situación se quiera forzar un tanto. A mi manera de ver es una concepción neo cuántica; que aunque muchos opinen lo contrario, no puede clasificarse como holística; y que toma de la teoría de sistemas conceptos relativos a la información. Por otra parte sus principios son de carácter inductivos y secuenciales. No estamos diciendo de momento que esto sea bueno o malo, simplemente contextualizando.
Como toda teoría de tipo inductiva, su talón de Aquiles está en la extrapolación. El de la teoría cuántica lo es la gravedad; que no existe para ella, y de ahí que muchos científicos serios la definan como una teoría de transición. Es evidente que Sheldrake intenta conformar una teoría que explique el todo, partiendo de la observación y teorización de ciertos fenómenos que en realidad son sólo parte de un fenómeno más general como lo es la vida, de aquí su carácter inductivo. En el mejor de los casos y creo que este es uno de ellos, su teoría es válida sólo dentro del ámbito de los fenómenos observados, cualquier aplicación más allá implica una extrapolación dónde debe medirse las probabilidades de error.
Si creo a como lo afirma Sheldrake en su teoría de los campos Mórficos en que la Madre Naturaleza tiene memoria,así como los experimentos realizados en algunas universidades, esto es perfectamente demostrable científicamente y en realidad es lo que viene a demostrar esta teoría. Es consecuente con las tradiciones Místicas más respetadas de los últimos tiempos; Los Tibetanos le llaman el registro Akásico, Los Esenios según los manuscritos encontrados en el Mar Muerto lo afirmaban en una forma explícita y categórica.Lo que no explica satisfactoriamente la teoría mórfica, ni define su metodología para tales inferencias, ganándose de esta manera su condena a la hoguera por la comunidad científica es el asunto de los atractores, ni la aparición de la primera forma, los saltos hacia los diferentes estadios existenciales etc...
Si quisiéramos navegar dentro del mundo mórfico es virtualmente imposible viajar de abajo hacia arriba, sin embargo la teoría no está hecha para viajar de arriba hacia abajo, he aquí la gran contradicción.Esto no quiere decir que muchos elementos de la teoría sean incorrectos, de hecho los fenómenos paranormales como la telepatía, el sexto sentido, la creación mental, los sueños premonitorios, las visiones proféticas, las proyecciones de la conciencia y muchos otros que están ampliamente documentados e inclusive son motivo de investigación científica, no están contemplados mucho menos justificados por la ciencia convencional, y es que la ciencia actúa de manera parecida al derecho; nadie es culpable hasta que no se demuestre lo contrario, el jurado puede estar totalmente convencido de la culpabilidad de un acusado y sin embargo no lo puede condenar. Así, en la ciencia, toda teoría debe ser perfectamente demostrable.Así que la Condena a morir en la hoguera por parte de la comunidad científica, debería tomarse como una invitación a observar ciertos procedimientos metodológicos en lo que a extrapolaciones se refiere.
Lo que sí es importante y creo que será tema de profunda investigación científica en el nuevo mundo de la globalización, es la ínter conectividad mental. Esa gran red cuyo sustrato no es físico sino de carácter mental. LA GRAN CIENCIA DE LA HIPERNÉTICA.

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